sábado, 8 de agosto de 2009

¿EN QUÉ CONSISTE EL CHEQUEO DE LA SEXTA SEMANA?


Generalmente, alrededor de la sexta semana de haber tenido a tu bebé, el médico debería examinar que tu cuerpo haya recuperado más o menos su estado anterior al embarazo y que no existe ningún problema. Algunas de las cosas que tu médico examinará:

-Tu abdomen, para asegurarse de que tu útero ha vuelto al tamaño normal anterior a tu embarazo.

-Si tuviste cesárea, te examinará el área de la herida.

-Si tienes puntos o sutura te examinarán el área entre la vagina y el ano para controlar la cicatrización correcta.

-Probablemente se te pida te realices un examen de citología (o "Papanicolaou") si no te lo hiciste en los últimos dos años. Sería prudente de tu parte aprovechar esta oportunidad para hacerte el examen de citología si no te lo habías realizado anteriormente al embarazo.

-Es probable que te pregunten sobre tus niveles de energía y tus estados de ánimo y emociones.

-Lleva a tu bebé ya que probablemente el médico también quiera examinarlo a él o ella.

-Te dará la oportunidad de discutir cualquier inquietud o preocupación que tengas.


No sientas vergüenza de plantear tu problema porque seguramente éste no se resolverá sin tratamiento y hay soluciones. No serás la primera nueva mamá sintiéndose así.Recuerda: Si tienes cualquier tipo de inquietud o preocupación, es realmente importante que consultes a un profesional de la salud, por ejemplo: tu partera, obstetra, ginecólogo. Muchas mujeres tropiezan con dificultades después del parto así que no sientas vergüenza en consultarlos.

miércoles, 5 de agosto de 2009

ES NECESARIO USAR MÉTODOS DE PLANIFICACIÓN, MIENTRAS SE LACTA



La inyección y las minipíldoras son algunos de los recomendados.
La prolactina es una hormona que se produce durante la lactancia y que, de alguna manera, actúa como ‘anticonceptivo’, por lo que muchas mujeres se sienten protegidas de un nuevo embarazo, solamente con alimentar a sus pequeños hijos.

Sin embargo, esta protección no es suficiente y muchas quedan embarazadas en el periodo de amamantamiento. Para cuidarse con mayor certeza, se recomienda visitar al ginecólogo, para que sea él quien formule el anticonceptivo más adecuado en esta etapa, que debe tener menor carga hormonal que los tradicionales.

Los recomendadosLa ginecoobstetra de Profamilia Judith Elena Marrugo explica que algunos anticonceptivos pueden inhibir la lactancia y, por esa razón, las mujeres deben asesorarse de un médico. La experta asegura que la inyección trimestral es ideal para esta etapa, porque solo contiene progestágenos; además, hace que las mujeres no menstrúen durante el tiempo que se la aplican. “No reciben estrógenos y por eso el útero no se prepara para un embarazo; por lo tanto, no hay descamación y no se presenta la menstruación”.

Algunas mujeres creen que puede haber algún riesgo para su salud si no tienen el periodo; sin embargo, de acuerdo con la experta, “lo único que ocurre es que el útero no se acomoda para albergar un bebé y eso no significa que pueden aparecer enfermedades, ni tumores, ni cáncer”.

Las minipíldoras son otra opción que contienen menor carga hormonal (solo progesterona). La diferencia con las píldoras comunes es que deben tomarse exactamente a la misma hora del día todos los días, para asegurar su mayor efectividad. La madre puede empezar a planificar los días posteriores al parto, hasta cuando termine de lactar, luego podrá retomar su anterior método. La experta asegura que no hay motivos para temer que los anticonceptivos se metabolicen en la leche y afecten al bebé.

Actualmente, los laboratorios han mejorado los métodos para garantizar menos efectos secundarios y más beneficios. Si no se acude al médico, pueden presentaPor ejemplo, si una mujer sufre desórdenes hormonales que la hacen subir de peso, además de planificar, el medicamento ayudaría a contrarrestar el problema. rse efectos secundarios indeseables, debido a que cada producto tiene características que los hacen apropiados para unas mujeres y para otras no.

CAUSAS FÍSICAS Y SICOLÓGICAS QUE AFECTAN A LA MADRE Y AL BEBÉ OCASIONAN EL PARTO PREMATURO



Algunas mujeres o bebés presentan ciertas patologías que se recomienda ser tratadas con un grupo interdisciplinario, incluyendo una sicóloga, para evitar futuros percances.

Cuando el parto ocurre antes de la semana 36 de gestación, periodo en el cual el feto se considera maduro y apto para el nacimiento, se le llama prematuro. Ciertos factores que afectan al bebé y a la madre influyen para que se dé esta circunstancia.

A nivel físico, “la causa más frecuente es un problema infeccioso en la mujer o en el feto, infección vaginal y/o urinaria complicada, asociada o no a una infección del bebé y del líquido amniótico, la cual se denomina corioamnionitis; esta es la primera causa que se debe descartar y, si es posible, tratar”, explica la ginecoobstetra Patricia Valencia, directora científica de Maternity -Spa.

Otros aspectos que pueden originar el parto pretérmino son el exceso de actividad física, embarazos múltiples, abundancia de líquido amniótico, presencia de hipertensión arterial o preeclampsia, diabetes gestacional, hipertonía uterina y la malformación del útero relacionada con una mala posición del feto dentro del vientre.

En el ámbito emocional, el estado sicológico de una madre que se encuentra en una situación adversa influye para que presenten problemas en su cuerpo. Sandra Zorro, sicóloga perinatal de la Unidad de Medicina Materno Fetal de la Clínica Colsánitas, dice que “el estrés puede generar condiciones fisiológicas como la liberación de una sustancia denominada prostaglandina, la cual provoca contracciones uterinas ”, afirma la experta.

La ansiedad, los temores y la depresión, entre otros factores, también pueden ser generadores de un parto prematuro.

Cómo prevenirloLas gestantes deben tener un apoyo familiar y de pareja. Además, la madre debe estar en control prenatal regular y estricto, y debe seguir los consejos del especialista. En los casos de gestación de alto riesgo, embarazos múltiples o con diagnóstico de anomalías fetales, se aconseja consultar a un equipo médico multidisciplinario.

Por Karen Johana Sánchez
Redactora ABC del bebé

LAS ESTRÍAS Y LA CELULITIS SON MOLESTAS MARCAS QUE QUEDAN DESPUÉS DEL EMBARAZO QUE SE PUEDEN TRATAR A TIEMPO



No hay una manera de asegurar que no aparezcan, pero se puede acudir a expertos para que ayuden a tratar el área afecta de la piel.
Diana Hernández, médica estética, explica que cuando aparecen la celulitis y las estrías en el embarazo es preferible esperar hasta el posparto para llevar a cabo tratamientos estéticos que ayuden a disminuirlas.
Sin embargo, es posible hacerles frente y tratar de evitar su aparición si se toman algunas medidas preventivas antes y durante la gestación.
La especialista asegura que la celulitis es “una alteración del tejido conectivo que se manifiesta por acumulación de grasa”. Y aunque el embarazo no es el único factor que la puede provocar, teniendo en cuenta que desde mucho tiempo antes se puede presentar, sí se puede desencadenar con mayor intensidad por el incremento de peso durante los nueve meses de gestación.
“Genéticamente, hay factores que predeterminan a una mujer a que presente con mayor facilidad celulitis. De hecho, se dice que el 100 por ciento de las mujeres presentarán celulitis en alguna etapa de sus vidas”.
Esto hace que se localice en glúteos, muslos y piernas. Para prevenir su aparición, es recomendable evitar el aumento exagerado de peso, procurar no llevar una vida sedentaria y realizar ejercicios suaves y moderados que el médico tratante autorice durante la gestación (una buena alternativa son los Pilates).
Surcos en la piel Las estrías también pueden hacer de las suyas en el cuerpo de las mujeres embarazadas, principalmente en el abdomen, pues es allí donde se presenta un gran estiramiento de la piel. Por supuesto, para combatirlas es necesario esperar a que el bebé nazca, para así iniciar un tratamiento que mejore su aspecto.
“La distensión que sufre la piel hace que se pierda la elasticidad y que las fibras de colágeno y elastina se rompan. Precisamente, esas franjas en las que hay ruptura son las estrías”, comenta Hernández.
Aun así, una manera útil de prevenirlas es hidratando la piel con productos que contengan colágeno, elastina y vitamina E.

La alimentación es clave para la figuraLa nutricionista Diana Salinas sostiene que la alimentación es un factor esencial a la hora de cuidar la figura, aun en el embarazo. Por eso, recomienda procurar una alimentación que incluya frutas y verduras, ricas en antioxidantes, para evitar la aparición de celulitis. También, hay que disminuir las grasas y los carbohidratos; por el contrario, aumentar el consumo de proteínas, como lácteos, quesos, huevos, jamón de pavo, pollo y pescado. Todos estos alimentos son vitales para mantener las fibras de colágeno firmes, que son las que permiten que la piel se elongue y esté fuerte para los estiramientos tan fuertes que se dan durante la gestación.

ALIMENTACIÓN, EJERCICIO Y TRATAMIENTOS ESTÉTICOS SON ELEMENTOS QUE AYUDAN A BAJAR DE PESO EN EL POSPARTO



Los cambios hormonales, la retención de líquidos, la poca actividad y la comida son los factores que influyen para que las mujeres tengan sobrepeso después de tener un hijo.

Se sabe que no es cierto aquella creencia de que las embarazadas deben comer por dos; si el médico no lo prohíbe, la actividad física no solo controla el peso, sino que relaja a la mamá, que además dará a luz con mayor disposición.
Las zonas del cuerpo que más se afectan por estos cambios suelen ser las caderas, los glúteos, las piernas y el abdomen, que, después de los 40 días del puerperio, deben empezar a ‘trabajarse’ para que no se conviertan en zonas problema, difíciles de bajar.
La médica especialista en estética Diana Patiño asegura que las madres en posparto deben tener en cuenta tres elementos importantes que las ayudarán a moldear su figura. El primero es la alimentación. Se debe consultar a un nutricionista que establezca los parámetros en sus comidas, para disminuir calorías innecesarias pero el aporte de los nutrientes indispensables.
El segundo aspecto es la actividad física y no quiere decir que deben matricularse inmediatamente a un gimnasio, sino practicar deporte, preferiblemente guiado, que irá aumentando su exigencia con el paso de los días. Las sedentarias no deben excederse por el ánimo de verse delgadas.
El tercero son los diversos tratamientos estéticos que aceleran los resultados. No todos son para todas las mujeres; debe consultarse con médicos expertos. La doctora Diana Patiño habla de una técnica que emplea la energía de radiofrecuencia para tonificar las zonas más afectadas. “No es para bajar de peso, sino para atacar la flacidez y pequeñas concentraciones de grasa en zonas localizadas”, señala la experta.
Esos tratamientos estéticos buscan la comodidad de los pacientes. Por ejemplo, en este caso solo es necesaria una sesión de una hora, cuyos resultados irán perfeccionándose a lo largo de tres meses y son evidentes por lo menos durante dos años.

¿ES CONVENIENTE O NO QUE LOS HOMBRES ENTREN AL PARTO?



La decisión de presenciar la llegada de un hijo no debe ser tomada a la ligera, hay una serie de factores que se deben tener presentes.
Así como para algunos hombres la experiencia de entrar al parto de sus mujeres se convierte en un acontecimiento tan emotivo y especial que estrecha aún más los vínculos de la pareja, para otros provoca un choque muy fuerte que, en ciertos casos, genera rupturas en la relación de pareja.
Como siempre, la reacción de cada persona es subjetiva y no se puede hablar de un denominador común ni de un patrón general para todos los hombres que defina su comportamiento y la manera de asumir un episodio como estos. Precisamente, Iván Mauricio Morales Sánchez, sicólogo especialista en crisis y trastornos del afecto, explica que los seres humanos están influenciados por genogramas; es decir, códigos o memorias de aprendizaje social. Por ejemplo, hay familias que son muy nerviosas y suelen ver todo de manera catastrófica; entonces, todos sus miembros tendrán esa misma tendencia en su vida.
De la misma manera, hay unos patrones biológicos hereditarios que hacen que una persona tenga mayor sensibilidad ante ciertos estímulos que, a su vez, pueden hacer que presente ansiedad o estados depresivos. “Entonces, dependiendo del genograma y de los patrones biológicos, cada persona reacciona de manera diferente y cae con mayor resistencia o facilidad en dichos estados”, dice el especialista.
Adicionalmente, hay otro factor que incide en la manera como el hombre asume la experiencia de asistir al parto de su esposa: este es el código histórico alrededor del amor de la pareja. “Aquellas parejas que han construido vínculos muy sólidos, de autoconocimiento y, sobre todo, de exploración de los temores tanto individuales como de la pareja para cuando llegan los hijos, es muy probable que no tengan ningún inconveniente si ven el parto”, sostiene Morales.

La decisión Por su parte, el urólogo y sexólogo Alonso Acuña señala que se debe respetar la manera de pensar y de sentir de cada individuo. Por ejemplo, “si un hombre quiere cortar el cordón umbilical de su hijo, este es un acto simbólico, el cual, como todo lo simbólico, tiene un valor personal”.
Asistir durante el embarazo y el parto a la pareja es muy valioso y puede que no impresione a determinados individuos a quienes no afectan los quirófanos ni la visión del parto y demás detalles. Para otros, el hecho de ver los genitales de la mujer durante el parto, el alumbramiento, al niño salir untado de secreciones, sentir el ambiente del quirófano y todo lo demás puede impresionar mucho, al punto que algunos se desmayan.
“No hay por qué obligar a nadie para que no se traumatice con estos asuntos. Si el hombre no se siente capaz de hacerlo, nadie debe obligarlo, pues algunos señores han hecho disfunciones sexuales luego de mirar la deformación y el aspecto, nada agradable, de los genitales en el momento del alumbramiento. Así, pues, no se trata de cuestiones de modas sino de respeto y comprensión por las percepciones personales”, comenta el doctor Acuña.
En ese sentido, el especialista añade que si el individuo ha sido forzado a observar todos los detalles del parto contra su voluntad, es posible que esto le cause una dismorfia genital de la mujer; esto significa que se creará en él una percepción de deformación de los genitales de ella. Esa imagen puede persistir por un tiempo y podría afectar el deseo sexual masculino, pero se puede solucionar si se hace un tratamiento adecuado por parte del experto en estos casos.

Una alternativaComo se ha visto, la conveniencia de asistir depende de cada persona y de lo convenido por la pareja, dentro del respeto por la personalidad de cada cual. Aún así, si el hombre sabe que se impresiona fácilmente, pero no se quiere perder de ese momento, Acuña recomiendo un punto intermedio; es decir: “una compañía lateral, que él entre a la sala de parto, pero sin tener que mirar todos los pequeños detalles del asunto”.
Por Melissa Serrato Ramírez
Redactora ABC del bebé

UNA MADRE LE TRANSMITE SUS EMOCIONES AL BEBÉ DESDE QUE CONCIBE HASTA EL PERIODO DE LACTANCIA


El ambiente en el que se desarrollen los nueve meses de gestación es clave para el desarrollo emocional y social del pequeño.
¿Quién es la persona más importante en su vida?, es la pregunta que les hace Clara Sandoval, pediatra bioenergética, a las mamás de sus pequeños pacientes cuando llegan a consulta. En el 90 por ciento de los casos la respuesta es: “Mis hijos, mi mamá, mi esposo”. “Nadie puede ser más importante que uno mismo –señala la experta–, porque los hijos no podrán ser felices si tienen una mamá depresiva y llena de angustia”.
Desde que la mujer está embarazada, debe procurarse un ambiente en el que disfrute de su estado, debido a que todas las emociones que se generan en ella influyen directamente en el bebé en formación. Cuando llegan a consulta con los pediatras o sicólogos, los niños son de difícil manejo, rebeldes, con problemas de atención, hiperactividad o, incluso, deprimidos. Y, según la experta, muchas de estas alteraciones de conducta radican en las emociones que sintió la madre cuando se enteró del embarazo, durante los nueve meses o la lactancia. “Está científicamente comprobado que a los tres meses de gestación un niño está conectado con las emociones de su mamá”. Lo que ella siente y le transmite a su hijo será determinante en la infancia, la adolescencia y la adultez del pequeño.
Un ambiente tranquiloSin embargo, tener un ambiente tranquilo es más sencillo decirlo que hacerlo. Incluso, intentar garantizarlo también puede ser motivo de ansiedad. De acuerdo con la experta, quienes rodean a la embarazada juegan un papel fundamental, debido a que es importante sentirse protegidas, ayudadas y cuidadas. “He conocido parejas con pocos recursos económicos que han criado a grandes seres humanos, pero también familias adineradas que no tienen tiempo para ver a sus hijos”, dice la pediatra bioenergética Clara Sandoval.
La intranquilidad la manifiestan los niños generalmente con alteraciones en el sueño o llanto incontrolado. Según el pediatra Víctor García, jefe de neonatología del Hospital La Samaritana, cuando un recién nacido llora con desesperación deben atenderse varios factores, que determinen su bienestar: si ha comido, si se sacaron los gases, si tiene sueño, demasiado calor o frío. Pero si el llanto continúa, es pertinente visitar al pediatra, quien descartará molestias que pueda sufrir el bebé; pocas veces se pensará en una causa emocional, dice el experto. Según la doctora Sandoval, cuando se han desechado las razones orgánicas se debe buscar en las emociones.
Puede suceder, por ejemplo, que solo lloran con impaciencia en las noches o incluso en brazos de la mamá, pero se calman cuando los alza otra persona. “Es muy posible que la madre tenga sentimientos de angustia, que es necesario tratar con terapia”, dice Sandoval.
Durante la lactanciaCuando una madre da de comer a su hijo, el contacto los une, no siendo así a través de un tetero. “La piel es un órgano vivo que transmite una serie de sensaciones en las que el niño huele a su mamá, la siente, la saborea”, dice la pediatra. “Un tetero no tiene la potestad de hacer sentir lo que produce el seno”, agrega.El momento de la lactancia debe ser único y especial, para garantizar el bienestar de madre e hijo.

Tenga en cuentaCuando vayan a lactar, las madres deben dejar los problemas fuera de la habitación, poner música a gusto, con volumen suave, en un ambiente tranquilo y en una silla cómoda; por ejemplo, una mecedora que no lesione la espalda, porque es un momento de conexión entre madre e hijo, que incluso, después de alimentarlo, le ayudará a estar mucho más tranquila y, por qué no, a ser más productiva en sus tareas. El apoyo del papá les permitirá a ellas descargarse de preocupaciones en la atención del bebé y del hogar.

Por Edna Juliana Rojas H.
Redactora ABC del bebé

CONOZCA CÓMO Y CUÁNDO SE DEBE INDUCIR EL TRABAJO DE PARTO



Este comienza cuando la gestante presenta contracciones uterinas cada tres minutos, con una intensidad de moderada a severa y una duración de 30 segundos, en promedio.
“La mujer experimenta un malestar semejante al cólico, dolor de espalda y endurecimiento del abdomen. También hay expulsión de moco cervical”, señala el ginecólogo Luis Alberto Cáceres.
Esto, generalmente, ocurre de forma espontánea. Sin embargo, cuando la paciente llega a la semana 41 de gestación y no ha iniciado trabajo de parto, el médico lo induce.
“Después de la semana 41 se habla de un bebé posmaduro. A este niño, en general, le hace falta oxígeno y por esta carencia deja de orinar”, afirma la ginecoobstetra Giuliana Puccini.
Existen otras situaciones que, usualmente, son una indicación para inducir el parto: enfermedad de la gestante que ponga en peligro su vida o la del bebé (por ejemplo, hipertensión arterial preexistente, preeclampsia, lupus), líquido amniótico escaso o turbio o un bebé que no está creciendo debidamente.
“La inducción se realiza, casi siempre, entre las semanas 38 y 40, nunca antes de la 37; sin embargo, hacerla antes de tiempo requiere que el bienestar del bebé esté muy comprometido”, explica la doctora Puccini.
¿Cómo se induce?Cuando el cuello uterino no está maduro, es decir, se encuentra cerrado y largo, se administra a la paciente postraglandina. Esto hace que el cuello se ablande y, así, el útero comienza a contraerse; luego, de forma progresiva, el cuello –que tiene forma de cilindro– se acorta hasta borrarse y, posteriormente, comienza a dilatarse.

“Si el cuello uterino ya está blando, se administra directamente oxitocina con un goteo progresivo hasta que la gestante tenga de tres a cuatro contracciones, de buena intensidad, en un lapso de 10 minutos”, dice Puccini.
En el proceso de inducción –explica–, el médico debe estar cerca para controlar el trabajo de parto, porque una de las complicaciones de la inducción es que el nivel de oxitocina administrado sea mayor al requerido en algunas pacientes y puedan presentar de cinco a seis contracciones en 10 minutos (polisistolia). “Esto produce desaceleración cardiaca fetal”, afirma la ginecoobstetra.
De ser así, se disminuye la cantidad de medicamento o se frena su administración, según el caso.
La desaceleración cardiaca fetal también puede ocurrir por la aplicación de analgesia peridural, al producir baja de tensión en la mujer.
Con la inducción, se espera que el cuello dilate 1 centímetro por hora.
¿Puede no dilatar? ¿Qué pasa? Cuando un bebé está muy grande respecto al tamaño de la pelvis de la mujer, su cabeza no está en posición ideal para pasar por el canal del parto o viene con circulares de cordón umbilical en el cuello la dilatación puede detenerse, según explica el ginecólogo Luis Alberto Cáceres.
De estancarse la dilatación, la inducción se considera fallida y el médico decidiría efectuar una cesárea.

ES NORMAL QUE LAS MUJERES SIENTAN CULPA CUANDO DEJAN A SUS BEBÉS, DESPUÉS DE LA LICENCIA DE MATERNIDAD



Una mujer debe estar preparada emocionalmente para retomar la vida laboral y, así, evitar problemas con el bebé y la pareja.
Natalia había estado pendiente de Mariana día y noche, durante sus primeros meses de vida, brindándole protección, compañía y cuidado. Y no es para menos, pues era su primera hija y sentía que no podía despegarse ni un solo minuto de ella.
Hasta que llegó el día en que tenía que dejar a la pequeña al cuidado de otra persona, pues retomaba sus actividades laborales después de terminar su licencia de maternidad, la cual le daba el derecho de permanecer 84 días al lado de su bebé, después del nacimiento.
“Aunque yo quería trabajar porque estaba cansada de la monotonía, después de dejar a mi bebé me ponía a pensar en que ella comenzaba a hacer cosas nuevas que yo no podría ver, y me sentía como una mala madre. Sin embargo, empecé a hablar con mis compañeras sobre esta sensación y todas me decían que era normal. Después me di cuenta de que yo también tenía que trabajar por la niña y continuar con mi proyecto de vida”, dice Natalia.
Al igual que ella, muchas madres sienten miedo, un gran vacío y hasta culpa cuando dejan a sus hijos al cuidado de otras personas. “Sentir ese tipo de vacío es común porque el primer sentimiento que se despierta en la mamá es el de protección; entonces, cuando tiene que salir de su casa para dedicarle varias horas al trabajo y no estar al lado de su niño, la situación le crea una cantidad de inseguridades y cuestionamiento, tales como: ¿será que va a estar bien?, ¿le van a dar la comida como es?”, explica Nhora de la Espriella, sicóloga clínica de la Fundación Ruah.
La preocupación maternal primaria es un estado de sensibilidad que empieza a sentir la gestante desde el final de la última semana de embarazo, hasta unas semanas después del parto. Según la siquiatra y sicoterapeuta Juliana Villate, luego “puede haber una sensación de alejamiento que es normal y necesaria para readaptarse a la vida individual y marcar la finalización normal del vínculo simbiótico entre la mamá y el bebé de esos primeros días. Es cuando la mujer se retoma a sí misma, a su vida laboral, académica y social como ser individual”.

¿Madres sobreprotectoras?El sentimiento de culpa se irá desapareciendo o superando, de acuerdo con la personalidad de la mujer porque, por ejemplo, a una madre sobreprotectora le costará más trabajo superar este momento. La siquiatra explica que protege en exceso es aquella que después de los primeros meses continúa ‘fusionada’ con su bebé, se anticipa a su deseo y no deja que él sienta necesidad. Al actuar así lo deja solo con dos alternativas: estado permanente de regresión y la fusión o el rechazo.
En estos casos puede haber una historia de infancia complicada, donde, entonces, la mujer pretende convertir al hijo en su propia figura de apego. Así, ese niño aparentemente sobreprotegido lo que hace es soportar la responsabilidad de cuidar a su madre, quien tiene una dependencia patológica de menor.
A diferencia de la madre que tiende a proteger demasiado, está la asertiva, quien es aquella que hace una lectura interior activa y real de las necesidades del niño. Su disponibilidad va disminuyendo gradualmente a medida que se acrecienta la capacidad del niño para soportar las fallas en la misma, así el niño aprende a tolerar la frustración, al entender que tiene un límite temporal breve, y desarrolla la capacidad de espera. Ni muy cerca, ni muy lejos…Lo ideal es que la madre, mientras logra retomar sus actividades cotidianas y vuelve a revivir sus ideales y proyectos de vida, mantenga una distancia adecuada con su hijo. Es decir, que no se muestre como una madre sobreprotectora, pero tampoco lo descuide y remita la responsabilidad permanente a otro cuidador. Cuando hay una presencia permanente o una ausencia prolongada, se presentan ciertos trastornos en el desarrollo emocional en el bebé –señala Villate–, pues después de los primeros meses debe también alejarse del niño por espacios de tiempo, para una correcta resolución del proceso de desarrollo psíquico del pequeño. “Un apego sano a la madre exige que el niño (de los 6 a los 12 meses) haya desarrollado la capacidad cognitiva de conservarla en su mente cuando no está presente. A los 8 meses, llora y la extraña; por lo tanto, adquiere la capacidad de representación y va adquiriendo contacto con la realidad y con la frustración, necesarias para su desarrollo”, agrega Juliana Villate. Del mismo modo, con el regreso de la madre y su capacidad de darle amor y de leer sus necesidades, el niño va calmando sus ansiedades de separación de una manera adecuada.

Una vida por retomarLa mujer debe entender que, el de hecho que retome su vida laboral es sano, tanto para ella como para el bebé. “Que una madre lo suficientemente buena es la que sabe que puede dar amor a su hijo, acunarlo, cambiarlo, amarlo, cantarle, hablarle, pero que también hace su vida, tiene sus amigas, va a trabajar o a estudiar, hace el amor con su esposo, va al gimnasio y pinta”; señala Villate. Este tipo de transformaciones, además, evitan los sentimientos de culpabilidad y frustración, y fomentan la permanencia de tiempos adecuados y profundos con el niño.

Tenga en cuentaLa sicóloga Nhora de la Espriella recomienda:- Dejar al niño al cuidado de una persona conocida y que le genere confianza a la madre. l Es indispensable visualizar el momento del desapego, desde que la pareja empieza la preparación para ser padres. Durante los nueve meses de gestación, deben disfrutar el embarazo, hacer acuerdos y prepararse para un cambio de vida con motivación y fortaleza.- La madre puede hablarle al bebé de lo que está pasando, decirle que ella va a trabajar y que todo lo hace por el bien de los dos.- Es importante que la mamá tenga claro el manejo de los horarios para que pueda compartir tranquilamente con su hijo.- La hora de la lactancia debe aprovecharse al máximo. La mamás deben estar muy tranquilas y afectivas con su bebé. Si es posible, el padre debe acompañar a su pareja en este momento.

Efectos en la familiaCuando la madre empieza a trabajar y se ve afectada por la presión de las actividades laborales y maternales, simultáneamente, puede estar generando un malestar familiar.
Por ejemplo, la pareja puede comenzar a culparse el uno al otro, debido a que se sienten desplazados, solos y con nuevas responsabilidades. O, si en la familia existen más hijos, pueden sentir que la madre está concentrando toda la atención en el nuevo miembro de la familia.
Por eso, es ideal que tanto el hombre como la mujer lleguen a acuerdos relacionados con el cuidado y la crianza del hijo, compartan momentos juntos, como la lactancia y el juego, y se hagan sentir aún importantes de manera mutua, después del nacimiento del bebé.

Por Karen Johana Sánchez